Las buenas personas están locas, porque sienten demasiado, porque están solas, porque nadie las entiende. Es fácil ser bueno en la escuela, en los negocios… es sencillo resaltar en cosas que no nos duelen, que no nos llenan, que fácilmente podríamos vivir sin ellas. Lo difícil es ser buen amigo, buen novio, un buen hijo, una “buena persona”, bueno amando y escuchando. Estas cosas requieren de más de nosotros mismos, estas cosas nos arriesgan al abismo, no son seguras ni estabilizan, el esfuerzo no asegura el éxito completo en estas cosas que requieren pasión, sacrificio y dolor.